Nazanín Armanian
(Artículo escrito antes de los atentados de Paris)
¿Alguien sabe por qué un Vladimir Putin que había conseguido cierto apoyo del Occidente para una solución política a la crisis siria, convirtiendo incluso la frase hecha de “Asad debe irse” a la de “De momento, mejor que se quede hasta terminar la transición”, comete el grave error, el día 30 de septiembre, de lanzar una intervención militar contra las fuerzas anti-Assad, echándolo todo a la borda? Dos días antes, Barak Obama había tenido una reunión con Putin en la sede de la ONU. Del tranquilo tono de sus declaraciones, se podía deducir una de dos: que la intervención rusa había sido pactada, o que Obama estaría encantado mostrar a sus críticos que le tachan de “blando” en el escenario sirio, de cómo una operación militar podría en Siria podría terminar en desastre, aplicando el dicho de “No interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error”.
El atentado contra el avión de pasajeros ruso –ejecutado por los mismos autores intelectuales del 11s.-, es sólo uno de los resultados de la idea equivocada de Moscú respecto al terrorismo yihadista y de que se le eliminaría vía bombardeos. Putin , que sabe que dichas fuerzas son creadas por el Pentágono y los jeques del Golfo Pérsico, ¿Está buscando un choque directo con sus patrocinadores? Pues, debería saber que al “terror religioso”- esa magnífica herramienta utilizada por las élites de una veintena de Estados para consolidar y expandir su poder, le queda mucha vida.
En este “clusterfuck” escenario político-militar, sólo faltaba que la Iglesia Ortodoxa Rusa llamase “guerra santa” a las operaciones militar del señor Putin contra los yihadistas.
¿Por qué Moscú pensó que Turquía y Arabia Saudí –entre otros padrinos del terrorismo-, iban a renunciar a sus intereses en Siria, después de haber invertido ingente dinero y esfuerzo para provocar un “caos constructivo” sobre los cuerpos sin vida y las ruinas sirios?
Ahora, Kremlin deberá enfrentarse a las posibles consecuencias de sus acciones, como por ejemplo a:
- Atentados contra sus intereses. Quienes estallaron el avión de pasajeros ruso en el Sinaí, buscaban quizás un “11S” para Rusia, que se está cayendo en la trampa incluso con entusiasmo: se ha ofrecido a los regímenes de Irak y de Afganistán para combatir a sus grupos terroristas.
- La transformación del apoyo que hasta ahora recibía de los ciudadanos rusos, a oposición: sólo hay que esperar y ver la imagen televisiva de la decapitación de los soldados rusos para ver las pancartas de “¡Devuélvenos a nuestros hijos!”
- Haber regalado un gran pretexto a los NeoCon de EEUU, para que sigan forzando a Obama a lanzar una agresión militar contra Siria, a pesar de no contar con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, ni con la de del gobierno de Damasco.
- Barak Obama que había apartado al general John Allen, jefe de la ficticia coalición internacional que supuestamente lucha contra el Estado Islámico, ha tenido que enviar equipamientos avanzados a los “terroristas moderados”; éstos están compuestos por los ex militares sirios, y también por los antiguos oficiales baasistas iraquíes que odian tanto a los Assad como a los islamistas. El pequeño despliegue de EEUU de unos 50 “asesores” sobre el suelo sirio, no significa para el señor presidente “poner botas sobre el suelo sirio”. Un intrépido Obama que combina el poder blanco con el duro, prepara la ocupación de varios enclaves de Siria por sus tropas, con botas, zapatillas o sandalias, diseñando también la reocupación de Irak, que se le ha escapado del control: Bagdad afirma que no va a dar “visado” a los soldados americanos.
* Ganarse la peligrosa enemistad de Ankara y Riad, que ven cómo Assad ha cogido aire. Aunque los turcos y árabes se equivocan: lo más importante para Moscú entre sus 20 propósitos en Siria está fortalecer su propia posición en el escenario mundial. La cabeza de Assad sólo representa “un producto con precio a convenir”.
* Animar a Francia -que con una agresiva política exterior y la alianza con Israel[1]- y Qatar, pretende recuperar sus antiguas colonias-, a sumergirse en la guerra bélica contra Siria. Paris ha desplegado su portaviones Charles de Gaulle hacia Siria. La aviación francesa ha bombardeado los pozos petrolíferos de Deir Ezzor , paralizando la economía del país. ¿Por qué no ataca los convoyes de los yihadistas que transportan el petróleo? El 10 de octubre, y siguiendo la táctica de la OTAN de destruir las infraestructuras de naciones “enemigas” (como hizo en Yugoslavia, Irak y Libia), EEUU descargó sus bombas sobre dos plantas de energía en Alepo, dejando sin luz a sus gentes, tan pobres que no han podido ni huir del terror.
Por lo que, la entrada militar Rusia en Siria, ni cambia ni perjudica a los planes del Occidente, Israel, Turquía, Arabia Saudi e Irán por aumentar su influencia en el país de los sirios. En Oriente Próximo “la guerra no es la continuación de la política por otros medios” sino una herramienta para forzar a los rivales a negociar.
¡Es una “tregua” que no una “ paz”!
Todo indica que, coincidiendo con el derribo del avión ruso, Moscú y Teherán han acordado con Washington apartar a Bashar al Assad, y no hacerlo al final del proceso de transición sino en su inicio (¿antes de que el líder sirio fuese asesinado, quizás?). A ninguno le interesa una gran guerra en Siria, ni que ganen los republicanos -que consideran a Rusia e Irán, los dos principales enemigos de los intereses de EEUU y de Israel. El “asunto de Siria” y la “incapacidad” de demócratas en salvaguardar la hegemonía mundial de su imperio, forma parte de su campaña electoral de cara a las presidenciales del 2016.
Al resto de los países implicados en la guerra, salvo a Israel, también les urge terminarla. Por ello, la conferencia de Viena, celebrada la semana pasada por la iniciativa de Barak Obama que reunió a una veintena de Estados –entre ellos a Irán, Arabia Saudí y Rusia y Turquía y sin representantes del pueblo sirio-, se acordó el cese inmediato de las hostilidades y trazar una hoja de ruta para la transición política. Todos aseguran estar conformes en mantener la integridad territorial y las instituciones del país y celebrar elecciones parlamentarias en 2016, y aun son capaces de afirmar que “serán los sirios quienes decidan su futuro”.
Cualquier “paz para Siria” que se firme entre las potencias, tendrá fecha de caducidad por dos motivos:
- Que las 12 razones reales de la guerra contra Siria (y ningún es la permanencia de Assad en el poder) siguen sin solucionarse,
- Que en EEUU la era anti Bush (o sea, anti-guerras preventivas) ha terminado, y los sectores belicistas e imperialistas vuelven a ocupar las instituciones claves del Estado.
Lo único que pretende el propio Obama es terminar su mandato sin involucrase en el pantano sirio. El cese de Assad, junto con el supuesto asesinato del fantasma de Bin Laden, y conseguir el acuerdo nuclear con Irán, son triunfos considerables en la política exterior del presidente. El cierre del Guantánamo será su acto final para mostrar que se merecía el premio Nobel que se le concedió para que no hiciera guerra. Que se quedase sin la tradicional foto de familia de los presidentes de EEUU con los líderes israelíes y palestinos, carece de importancia: acaba de ceder ante los chantajes de Netanyahu (por el acuerdo nuclear con Irán), elevándole la ayuda militar de 3.000 millones de dólares a cerca de 4.500 millones –sacados del bolsillo de los contribuyentes-, para que Tel Avive tanga armas a punta pala y poder derrotar a palos, piedras y cuchillos.
El objetivo de presidente Obama al enviar a las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF) al norte de Siria e Irak, y nuevos caza bombarderos F-15 a la base aérea de Incirlik en Turquía, no es para crear la ilusión de la acción, sino reanudar la guerra contra lo que queda de Siria cuando sea conveniente, mantener el Estado de Guerra Permanente en la región y seguir reconfigurando las fronteras del Nuevo Oriente Próximo a la medida de los intereses de su país, y sí, echando mano de los yihadistas. De hecho, según el ex presidente finlandés Martti Ahtisaari, Obama, Cameron y Holland ignoraron en 2012 el plan de paz de Putin para Siria, a pesar de que incluía la retirada de Assad. ¡Cuántas vidas se han perdido desde entonces!
El tejemaneje de “ni guerra, ni paz” es sólo un episodio más de los vertiginosos cambios que están sufriendo esta región del planeta.
[1] También ver “Condenados 12 activistas por impulsar el boicot a Israel”. http://laotraandalucia.org/node/3553