Nazanin Armanian

Publico.es

Unos días después de la reconciliación entre Hamas y Al Fatah y el restablecimiento de la Autoridad palestina en Gaza (que potencia la posibilidad de la declaración del Estado Palestino), EEUU e Israel, anunciaron su retirada de Uneso por su “sesgo anti-israelí”. Se trata de la culminación de años de chantaje político y financiero de Washington contra la ONU y sus agencias. En 1983 el gobierno de Ronald Reagan se retiró de la Unesco, porque “servía a los intereses de la URSS”, y Barak Obama suspendió en 2011 su aportación financiera a Unesco por “admitir a Palestina como estado miembro”. Netanyahu, que compara Unesco con el ISIS, mientras apoya a la organización terrorista, celebra la decisión de Trump.

Es falso que la ONU y sus organismos sean anti-israelíes: EEUU e Israel confunden la crítica con la enemistad. Por ejemplo, la Resolución 2334, que condena la colonización israelí,  fue una burla a los palestinos, ya que la ONU nunca ha tomado ninguna medida para forzar a Tel Aviv a cumplir con la legalidad internacional. Tampoco es “anti-japonés” por incluir la Masacre de Nanking (violaciones y matanzas de 300.000 civiles y prisioneros de guerra chinos por el ejército japonés en 1937) en el programa “Memoria del mundo”. Tokio también ha amenazado en retirar sus fondos.

 

Entre los “delitos” de Unesco según EEUU, están:

  1. Considerar “sin valor jurídica” la anexión de Jerusalén oriental a Israel y exigirle la paralización de las excavaciones.
  2. Declarar “potencia ocupante” a Israel.
  3. Compararle con el régimen de apartheid de Sudáfrica.
  4. Reconocer la antigua ciudad de Hebrón y la mezquita de Ibrahimi como patrimonio palestino.

 

Aunque, los motivos reales apuntan a:

  1. Que las decisiones de una parte de los mandatarios de EEUU dependen de los “sobres” que reciben: se estima que el grupo “Configuración del Poder Sionista” (ZPC) ha regalado a los legisladores de EEUU unos 100 millones de dólares en los últimos 30 años. Decía Jack Straw, el diplomático británico que “Los grupos que desarrollan políticas en favor de Israel, como el AIPAC, cuentan  con fondos ilimitados para canalizar la política de EEUU”, algo que el senador William Fullbrighth denunció en 1973:“Los israelíes controlan la política del Congreso y del Senado“. Cierto, el Senador Tom Cotton recibió cerca de 1 millón de dólares del Comité de Emergencia para Israel por firmar una carta abierta contra el acuerdo nuclear de Obama con Irán. La relación asimétrica entre EEUU e Israel es un caso singular en las relaciones internacionales. Existen numerosas leyes que condicionan la política de EEUU a los intereses del diminuto país y una de ellas restringe el apoyo de EEUU a los organismos de la ONU que reconocen a Palestina. ¿Se imaginan que España se retire de Unesco por sus críticas a Arabia o a Qatar?
  2. El triunfo de “Israel first” en la administración Trump. Su representante en la ONU, Nikki Haley, prometió al Lobby pro-israelí de AIPAC ser “un nuevo sheriff”, en la defensa de Israel (en otro país hubiera sido acusada de “traidora y agente de un país …

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