Zeinab Jalalian (En persa: زينب جلاليان ), nacida en 1982 en la ciudad de Maku, es una mujer iraní de etnia kurda. Fue acusada de infrigir gravemente la ley islámica y fue condenada a muerte por un Tribunal Revolucionario Islámico que la consideró miembro del grupo militante kurdo PJAK, acusación que ella negó.1

Posteriormente, el caso de Zeinab Jalalian fue objeto de una campaña internacional en su defensa que logró finalmente la conmutación de la pena de muerte por una condena a cadena perpetua.2

Las últimas informaciones sobre la prisionera indican que su salud se ha deteriorado seriamente, posiblemente debido a torturas, y está perdiendo la vista. Hasta ahora, las autoridades iraníes le han negado la atención hospitalaria que necesita para tratar el problema de la vista. (Wikipedia)