Nazanin Armanian
Publico.es
En sólo dos años, pasó de ser el aspirante al mediador en el conflicto organizado por EEUU contra Rusia en suelo ucraniano, a ponerse la coraza para encabezar la hazaña de desmantelar la Federación de Rusia, confundiendo a la superveniencia con Libia y Afganistán. Permitir que Kiev utilice armas europeas, ya no para repeler los bombardeos rusos sino para golpear el suelo del país más grande del mundo, que alberga unas 6.000 ojivas nucleares, y pretender enviar tropas occidentales al frente, han sido las últimas ocurrencias de Emmanuel Macron, que presume de presidir el único país europeo con estas armas (unas 500) de destrucción masiva.
Autopsia de un suicidio anunciado
Entre los motivos de la transición de Macron de paloma a halcón, y acusar de “cobardes” a los que no desean una guerra mundial lanzando un ataque directo contra Rusia, (como el canciller alemán Olaf Scholz) se encuentran:
- Exportar la crisis interna: El ascenso imparable del fascismo (alias “populismo”) como resultado natural de las políticas capitalistas y una despiadada derecha “centrista”, timadora de las clases media y obrera. Macron no fue capaz de captar el mensaje de la ciudadanía, con graves problemas de subsistencia, vivienda, sanidad, empleo, etc., y sigue desviando fondos a la cuenta de las compañías de armas. La derrota del movimiento de los Chalecos Amarillos no fue victoria de Macron. Hoy por hoy, el principal objetivo de la extremaderecha europea son mayores recortes en los derechos sociales que no lanzar grandes guerras.
Con el tono de los predicadores vendehumos dirigiéndose a los ingenuos, el monsieur Macron promete apoyo a Ucrania “hasta la victoria” contra los rusos: “¿ A qué tipo de victoria se refiere? “Vamos a provocar el desmoronamiento de la economía rusa“, prometió su ministro de Economía Bruno Le Maire en marzo de 2022, y dos años después, Rusia ha tenido un crecimiento económico del 3,2%, mayor que cualquier economía avanzada del mundo, comparando con el de Francia que es un 1%, a pesar de que no sufre ninguna de las sanciones que Occidente ha impuesto al país de Tchaikovsky.
- Marcar distancia respecto a Washington, como “independiente” cuando curiosamente este cambio en su postura hacia la guerra de Ucrania sucede exactamente cuando Joe Biden pasar de no “fomentaría ni permitiría” el uso de armas estadounidenses contra objetivos dentro de Rusia, a fomentar y permitirlo. Es más, su viejo sueño de una Europa como un actor geopolítico autónomo del Tío Sam, no tiene pies ni cabeza. ¿Para qué cree el Sr. Macron que EEUU ha instalado unas 275 bases y emplazamientos militares y 100.000 soldados en el suelo europeo? La independencia de Alemania derrotada en la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, con unas 20 bases del Pentágono en su suelo, está en el mimo nivel, -o sea cero-, que la de Irak y Afganistán tras ser aplastados por las bombas de EEUU y sus aliados hace poco. ¿Sabe Macron que la enemistad de EEUU hacia el Kremlin, que obviamente ya no es ideológica, se debe al intento del viejo imperio para mantener su independencia política de unos vaqueros recién llegados a la civilización que se creen los amos del mundo? ¡Aviso a navegantes!
- Padecer una grave miopía política, en dos aspectos: 1) olvidar que Occidente se opuso a una Ucrania neutral, que fue la propuesta de Moscú, y 2) mirar la “Película de Ucrania” desde la invasión rusa en 2022, que no desde el Maydan de 2014 cuando los criminales de numerosas guerras de EEUU como John MaCain y Victoria Nuland, lideraron el golpe de Estado en Kiev. Hasta Henry Kissinger llegó a criticar el cerco de Rusia por la OTAN, y propuso cederle el territorio ucraniano para evitar otra gran guerra: “sería fatal para Occidente dejarse llevar por el estado de ánimo del momento y olvidar el lugar apropiado de Rusia en el equilibrio de poder europeo“, dijo en 2022. Incluso el expresidente belicista y corrupto francés Nicolas Sarkozy (que después de aceptar el soborno de 50 millones de euros de Moammar al Gadafi, capitaneó la masacre de cientos de miles de libios por la OTAN), no ve “al país de Tolstoi y al de Balzac ir a la guerra“. Si en 2011, Barak Obama cedió al esposo de Carla Bruni la destrucción total del estado libio, ¿puede Biden convertir a Macron en el responsable último de la tragedia de los ucranianos? ¿O quizás pretende debilitar Francia, mediante esta guerra de desgaste, lo mismo que ha hecho con Alemania? Macron no sólo ha criticado a Washington por imponer sanciones contra el gas ruso para vender el suyo hasta cuatro veces más caro a los socios europeos, sino que se opone firmemente a la política hostil de Biden hacia China.
- Tras ser expulsada de sus últimas antiguas colonias africanas -Burkina Faso, Mali, Níger, y Gabón- por militares entrenados en EEUU, “Manu” se ha volcado con dos principales planes: aumentar el peso de Francia dentro de la Alianza Atlántica, y crear una OTAN europea bajo su liderazgo, por si un aislacionista como Donald Trump u otro republicano, cuya preferencia en la política exterior es mantener su hegemonía sobre Oriente Próximo, ignorando Europa, ocupa la Casa Blanca.
- Impedir que EEUU monopolice el mercado de armas de Ucrania. Por lo que pide a Nexter, el Grupo de Industrias Militares del Ejército de Francia, no esperar a obtener contratos, y ponerse a acumular reservas de materia prima y piezas de repuesto: ¡si no hay guerra se fabricará, creando la necesidad! Por el momento, ha acelerado la producción de cañones César y va a duplicar la de los proyectiles de 155 milímetros. Macron no olvida que Biden le robó en 2021 el acuerdo que había firmado con Australia para venderle 19 submarinos nucleares, por valor de 90.000 millones de dólares, en el marco del acuerdo Aukus, el “anillo de acero” de EEUU alrededor de China. Entre 2019-2023, Francia aumentó sus exportaciones de armas en un 47% para desbancar a Rusia como el segundo gran exportador de armas del mundo, tras EEUU. La guerra es un negocio redondo: los mercaderes de la muerte venden armas, se apoderan de los recursos naturales ajenos, y ¿cómo no? Destruyen el país para luego ganar con su reconstrucción pagada del bolsillo de generaciones futuras del país víctima. Numerosas compañías occidentales (como Rothschild o BlackRock) han invertido en Ucrania y sus gobiernos ahora intentan salvar estas inversiones de los ataques rusos, o destruirlas por si caen bajo el control enemigo.
- Fortalecer la industria militar francesa utilizando los recursos de la UE. La Comisión Europea ha propuesto una financiación de 1.500 millones de euros, para el período comprendido entre 2025 y 2027.
- Complejos personales: la ambición de querer sustituir a Angela Merkel en la UE, ignorando que hay una diferencia entre el “jefe” y el “líder”. La “guerra contra Rusia” es un buen tema para atraer el apoyo del lado oriental de la UE. Macron debió sentirse ofendido cuando el presidente ruso Vladimir Putin no sólo mantuvo la distancia física con él cuando le sentó en el otro lado de una larguísima mesa en el Kremlin, sino que no le tomó en serio como mediador: Putin sabe que ésta es la guerra de EEUU y es con él con quien tendrá que negociar, que no con Zelenski a través de Macron. Incluso en el foro de BRICS, el líder francés pensó que podría ocupar el sillón vacío de Rusia.
La guerra será nuclear
Mientras Francia piensa en europeizar sus bombas nucleares, para que los socios de la UE le paguen por asustarse y para asustar a los rusos, lo más grave es que ambos lados barajan sin tapujo el uso de las armas nucleares. En 2022 Donald Trump, al ver que sería difícil que EEUU pudiese volver a usar las bombas nucleares convencionales, mandó fabricarlas en un tamaño mini, cuya ojiva termonuclear llamada W76-2, de sólo 164 kilogramos, tiene una potencia explosiva de cinco kilotones, sólo un tercio de la que arrojó sobre Hiroshima, que podrá ser lanzadas desde un submarino Trident, o desde el espacio. Que el 26 de mayo, un dron ucraniano atacara el radar ruso “Voronezh M” de alerta temprana para identificar misiles balísticos a 6.000 kilómetros de distancia, es un atentado de la OTAN contra la seguridad estratégica global, pues Ucrania crece de la red de satélites militares para haberlo hecho.
Aun sin las armas nucleares en el escenario, la actual situación puede derivarse en una guerra mundial: imagínense que Polonia proporcione misiles de largo alcance a Ucrania con el objetivo de provocar un ataque ruso contra Varsovia o el centro logístico de la OTAN en Rzeszow. Se activaría el artículo 5 de la OTAN, y los soldados europeos matarán y morirán para defender los intereses macabros de las élites de EEUU con las tierras eslavas.
El propio Putin ha pensado en otras dos medidas:
- Proporcionar armas a los grupos y países que desean atacar objetivos occidentales (los hutíes, por ejemplo).
- Ataque directo a los “países pequeños y muy densamente poblados” de la OTAN.
La propaganda de Occidente sobre la Segunda Guerra Mundial le impide reconocer que este país entregó la vida de 27 millones de sus ciudadanos para derrotar al fascismo. ¿Por qué creen que en Rusia se celebra cada año el aniversario de la Guerra Patriótica?
Vladimir Putin y su equipo cayeron en la trampa tendida de una larga guerra de desgate por EEUU en Ucrania. Ahora, en vez de agitar el acuerdo de defensa mutua con China, deberían buscar una salida negociada en una conferencia internacional de paz (no como el “foro bélico” organizado por EEUU y UE en Suiza), si no quieren que otros vecinos sigan el ejemplo de Finlandia y se unan a la OTAN.
Los occidentales no quieren un acuerdo negociado, y Rusia tiene prisa en conseguir sus metas en Ucrania (un compromiso de su neutralidad, y parte de su territorio), antes de las elecciones presidenciales de EEUU en noviembre, aprovechando que a Biden no le interesa que esta guerra se le vaya de las manos. El aun inquilino de la Casa Blanca necesita de Francia: Macron ha sido el único mandatario europeo en ser invitado a EEUU en el año electoral, quizás porque pretende convertirle a Francia en su proxy y en este conflicto para un Leading from Behind (dirigir desde atrás), y volver a usar el fórmula aplicada al desmandamiento del estado en Irak: no involucrar a la OTAN como colectivo en la guerra sino una participación individual de cada socio, aparentemente, bajo el liderazgo de París. Pero, ¿quién sabe? En un escenario con tantos actores, solo puede reinar la sorpresa y el caos.