Nazanín Armanian

Publico, mayo 2009
Con el fallecimiento del ayatolá Hosein Alí Montazeri desaparece la máxima autoridad religiosa de la utópica “democracia islámica”. Se ha apagado la voz de quien fundó la primera teocracia islámica en Irán, junto al también ayatolá Ruholá Jomeini.
Pasó de ser de un clérigo conservador a ser la figura religiosa más progresista del chiismo. Quedaba lejos aquel hombre que  en los sesenta junto con Jomeini protagonizó una protesta contra el sufragio universal y la tímida reforma agraria emprendidos por el monarca Reza Pahlevi.
Fue durante su cautiverio en las cárceles del Sha (1974-77), y el encontrarse con cientos de opositores de izquierda, religiosa y atea, hacinados en las prisiones, cuando forjó un cambio en su relación y visión personal y política con otros grupos: Superó la prohibición religiosa de no comer en la misma mesa con un ateo –los marxistas-, y quedó impresionado ante la resistencia de aquellos presos comunistas, entre quienes se contaban los más veteranos del mundo, con dos decenios a sus espaldas entre barrotes; también fue allí donde conoció los planteamientos socialistas de redistribuir la riqueza.  Los comunistas dejaron de ser “quienes comparten a sus cónyuges en la comuna”, según difamaban los aparatos propagandísticos, tanto de los religiosos como del Sah.

 

Después de la Revolución de 1979 el clero chií se hizo con las riendas del poder político en Irán por primera vez en la historia, aprovechando el de…

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