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Los relatos que hicieron soñar al Emperador
Dedicado a todos los animales que sufren la agresión de la naturaleza y del ser humano

Cuando el anciano monarca falleció, su hijo, como heredero del trono, tomo las riendas del país. Un día, para conocer a los servidores del palacio convocó a todos los cortesanos, preguntándoles, uno a uno, sobre sus cometidos:
-Yo soy vuestro consejero, dijo el primero.
-Yo soy vuestro general, se presentó el segundo.
-Yo soy vuestro guardaespaldas, respondió el tercero.
-Yo soy vuestro cocinero, manifestó el cuarto.
-Yo soy vuestro coracero, contestó el quinto.
-Yo soy vuestro cantante, respondió el sexto.
-Y, ¿Cuál es tu cometido?, preguntó el monarca a un anciano que estaba algo apartado de los demás y no se había presentado.
-Yo soy vuestro cuentacuentos, contestó el viejecito.
-¿Me tomas por un niño? No necesito ningún cuentacuentos, dijo el joven rey frunciendo las cejas, como si le hubieran ofendido.
-Es exactamente lo mismo que opinaba el rey Bahram, contestó el hombre viejo, que además era un sabio. Con la diferencia, continuó el sabio, de que el rey Bahram, muy pronto volvió a reclamar al cuentacuentos para que regresara, pues se dio cuenta de que había actuado como aquel hombre ciego de la fábula.
-¿De qué fábula me hablas?, preguntó el joven rey…

Editado pro Océano