Gustavo Herren
(Resumen)

Durante los bombardeos israelíes a Gaza en 2006, un equipo de periodistas de la televisión italiana RAI que habían denunciado a EEUU por el uso de bombas de fósforo blanco (prohibidas por convenios internacionales) en los salvajes ataques contra Faluya (Irak, 2004), hicieron lo propio al anunciar que la Fuerzas Armadas de Israel (Israel Defense Force; IDF) estaban utilizando una nueva arma contra los palestinos. Al respecto, distintos médicos de los hospitales de Gaza denunciaron numerosos casos anómalos de heridos que sufrieron amputaciones de sus piernas no por lesiones visibles de metralla, sino por lo que parecían ‘quemaduras’ severas. Posteriormente se descubrió que las lesiones se debían a la incrustación en los miembros de micro-metralla (invisible incluso en los rayos X).

Se trata de una de las nuevas armas experimentales que desarrolló Israel y usó contra civiles en 2006, tanto en el Líbano como en la Franja de Gaza y que ahora perfeccionada vuelve a probar en este último territorio. Es de la clase nombrada en inglés como DIME (Explosivo con metal inerte denso; Dense Inert Metal Explosive), que comenzaron a desarrollarse en EEUU en 2000.

Son bombas inteligentes (autoguiadas por satélite o láser por ejemplo), que pueden ser lanzadas desde aeronaves tripuladas o no, y que contienen un explosivo muy peculiar. Una mezcla homogénea de un material explosivo y un polvo denso compuesto de pequeñas partículas de una aleación de un metal químicamente inerte (como el tungsteno), con otros en pequeña proporción (como níquel o cobalto).

‘Metal inerte’ no se refiere a que sea biológicamente inerte, sino a que el metal no está involucrado en la energía de la misma detonación vía las reacciones químicas desarrolladas durante la explosión (caso contrario es el polvo de aluminio, que aumenta la potencia de la detonación).

A diferencia de las bombas convencionales, el explosivo y el polvo están contenidos en una carcasa de fibra de carbono (no de metal) que se desintegra en la explosión y no es lo que produce el mayor daño, que es originado por el polvo en sí, cuyas partículas pesadas se proyectan con alto impulso inicial y alta temperatura actuando como micro-metralla letal en un radio de unos 4 metros, pero con un alcance reducido del orden de 10 metros debido a que pierden significativamente su energía por rozamiento con el aire.

Esta clase de bomba que es conocida como ‘munición con letalidad focalizada’ (Focused Lethality Munition’ (FLM)) cumple con el requisito de ‘bajo daño colateral’, necesario para competir en el mercado global de la muerte.

El diseño de la bomba también está integrado con otra tecnología reciente, la de ‘bombas de pequeño diámetro’ (Small Diameter Bomb (SDB)) que son de peso reducido (unos 100 Kg o 250 libras) pero con un efecto explosivo equivalente a un artefacto mucho mayor, y que irán reemplazando a las de 500 libras (unos 250 Kg) que vienen utilizando las fuerzas aéreas para zonas pobladas. Se agrega además otra tecnología menos reciente que da la precisión en el impacto y convierte a la bomba en lo que llaman ‘inteligente’ (2). Un ejemplo es la bomba GBU 39 suministrada por EEUU y usada por Israel para asesinar al líder de Hamas, Nizar Ghayan, y a su familia mientras se encontraba en su vivienda en la ciudad de Gaza. Tiene una probabilidad del 50% para caer dentro de un radio de 8 metros del blanco seleccionado.

En el caso de la DIME, lo tenebroso es que la unión de estas tecnologías permite además que la explosión tenga acción dirigida como si fuera una ‘hoja de corte’, de modo que la metralla microscópica puede penetrar y cortar huesos y tejidos del cuerpo produciendo la muerte. En caso que la víctima sobreviva y sus miembros no fueran seccionados en la detonación, es posible que sufran lesiones tan severas por la metralla incandescente que deban ser amputados. La incorporación de la aleación de tungsteno al organismo tiene efectos tóxicos pero además, produce alta probabilidad de desarrollar cáncer en el largo plazo.

Si bien ninguna muerte en cualquiera de los bandos tiene justificación, semejante sofistificación tecnológica de estas nuevas armas para el terror lograda por la industria militar estadounidense-israelí, contrasta con la simplicidad de los cohetes Qassam con carga explosiva, cuyos lanzamientos por las milicias palestinas se intensificaron en repudio al endurecimiento del bloqueo israelí debido a que el partido político Hamas, elegido por la mayoría de los palestinos de la Franja de Gaza en las elecciones legislativas democráticas de 2006, es considerado como grupo terrorista por EEUU, Israel y la Unión Europea.

Estos artefactos son construidos artesanalmente, usando como combustible fertilizante en su mayor parte de origen israelí y sacarosa (azúcar), carecen de sistema de guiado alguno, su alcance es del orden de 10 kilómetros y su rendimiento es incluso menor al de algunos cohetes fabricados por los modelistas estadounidenses como ‘hobby’ (candy rockets). Su mortandad es varios órdenes menor que la de cualquier misil o bomba inteligente y si bien pueden producir daños son incapaces de demoler un edificio entero….

http://sp.rian.ru/analysis/20090114/119477378.html
http://www.argenpress.info/2009/01/experimentos-tenebrosos-para-las.html