Aniversario de la guerra de los Balcanes
Hace 30 años

Yugoslavia: essay of the “humanitarian war”

Nazanin Armanian
Público.es

Bill Clinton había aprendió bien el guión de la película Cortina de humo (Barry Levinson, 1997): bombardeó Irak, desviando la atención pública del caso Lewinsky, y ante la crisis de Yugoslavia, usó los medios de comunicación para fabricar y manipular noticias, con el fin de conseguir el apoyo moral de una audiencia conmocionada, para con sus planes inmorales en los Balcanes. Años después, desde la tele nos dirán que había aquellas armas en Irak, y un tal Bin Laden en Afganistán. Farsas que servirán para agredir a dichos países.
Una ingeniería informativa que asentó la idea maniquea de “buenos y malos”, “salvadores y verdugos”, al tiempo que sin rubor, incrustaba en los tanques a periodistas que emitían “noticias autorizadas por el ejército de EEUU”.
La de Yugoslavia fue la primera de las “Guerras Humanitarias”. La censura militar impidió que viésemos a miles de víctimas civiles del ataque de la OTAN al país europeo durante meses. Dijeron que habían ido a frenar la represión serbia contra los albaneses en Kosovo. Devastaron hospitales, escuelas, fábricas, vías fluviales y puentes e hicieron desaparecer un país para en su lugar crear miniestados controlables.

Razones de la intervención de EEUU

1991. Cae la URSS. Washington se apresura en hacerse con el control de las zonas estratégicas que Moscú deja libre. El mismo año ocupa el petrolífero Golfo Pérsico, para defender, junto con unos treinta países, al diminuto Kuwait del ataque de Saddam. Aun, sigue allí. Luego, anuncia el Nuevo Orden (neoliberal) del Mundo, y avanza en Asia Central, vía Afganistán, y en Europa Oriental por Yugoslavia. En éste país, junto con Alemania crea al Ejército Liberación Kosovo, a imagen de los narco terroristas afganos -muyahidines y Talibán- o los Contra nicaragüenses.
Desde los Balcanes intentará mostrar la necesidad de mantener la OTAN, a pesar de la disolución del pacto de Varsovia, y por ende el desorbitado gasto militar; debilitar el Movimiento de Países No Alineados, del que Yugoslavia fue miembro fundador; acabar con el ultimo estado socialista de Europa; limitar el acceso de Rusia al Mediterráneo. De hecho, paralizó el proyecto del gaseoducto ruso-greco-búlgaro, y lo sustituyó por el de AMBO (Albania-Macedonio-Bulgaria-Oil). Bechtel y Enron hacían su agosto, mientras Shell y BP explotaban el petróleo de Albania.

Luego, reafirmó su presencia militar permanente en el continente; evitó -tras la caída del Muro-, que Alemania (que había reconocido la independencia de Eslovenia y Croacia), controlase los Balcanes, sus recursos y mercados. Así, además impedía la formación de una poderosa Europa.
Por otro lado, la OTAN, dejó de ser un sistema de defensa. Se estrenó, sin la resolución de la ONU, en agredir un país soberano, y en el suelo europeo. A partir de ahora, la Alianza sustituirá de facto a la ONU, y ésta dejará de ser el organismo nacido para impedir guerras.
La guinda del plan fue declarar la independencia de Kosovo. Aquí, Halliburton construyó el Camp Bondsteel, una de las mayores bases militares de EEUU en el mundo. El nuevo narco-estado será el punto de repartir en Europa la heroína llegada de Afganistán, otro país “liberado” por la OTAN. Alojará al crimen organizado albanokosovar que trafica con armas, droga y prostitución.
La verdad es la primera víctima de la guerra. A los historiadores les corresponde desvelar lo ocurrido entonces en Yugoslavia, ayer en Libia y hoy en Siria.

http://blogs.publico.es/puntoyseguido/457/yugoslavia-ensayo-de-la-%E2%80%9Cguerra-humanitaria%E2%80%9D/