| 16/01/2013 |
lamarea.com

Han pasado dos años desde que unas protestas pacíficas en pro de la democracia política y económica, que duraron unos meses,  fuesen aprovechadas por el Pentágono quien, tras reclutar a yihadistas en Irak y Afganistán, los instaló, con la cooperación de Arabia Saudí y Turquía (la OTAN) en la frontera siria, para provocar una guerra civil y derrocar al presidente Bashar al Assad.

Hecho que no resta responsabilidad del desastre al jefe de Estado, otro dictador narcisista, paranoico y manipulador, que al identificar cualquier reivindicación popular con la conspiración de sus enemigos extranjeros, y por ende, negarse a realizar reformas reales, muestra su nula capacidad de gestionar la crisis, contribuyendo a los planes de EEUU y sus socios de acabar con el ultimo Estado laico e independiente de la región. Que Barak Obama aun no le haya desbancado del poder como hizo con Ben Ali, Mubarak y Gadafi- o no le haya eliminado en uno de esos asesinatos selectivos, es porque aún no toca.

De hecho, la aparente tardanza en concluir la crisis siria se debe, sobre todo, a dos factores: primero, la falta de una alternativa deseable para Washington, capaz de garantizar la seguridad de Israel. Los salafistas de Al-Jabhat Nusra, financiados por Arabia Saudí,  son el núcleo duro de los rebeldes, que además de ser anti israelíes, son tan peligrosos para la estabilidad de la zona que incluso Turquía ha pedido a EEUU que no se les entregue armas pesadas. Teme que mañana sean dirigidas contra el mismo gobierno ateo de Tayyip Erdogan. En cuanto a los Hermanos Musulmanes, al contrario de los de Egipto y de Túnez – que tienen buenas relaciones con Occidente desde hace décadas-, los de Siria presentan rasgos radicales y antisemitas. Por lo que, mientras se busca una alternativa deseable, Siria seguirá desangrándose.

Prolongar el conflicto interesa a Washington

Segundo, esta situación viene de perlas a los países de la OTAN y a Tel Aviv. ¡Que se maten entre ellos!, prolongando la guerra contra Siria es la mejor táctica utilizada por EEUU (con ella contuvo a Irán y a Irak durante la guerra de 1980-88), con la que debilita a Irán, Turquía, Rusia, las monarquías del Golfo Pérsico y Egipto, e intensifica la división intermusulmana, interárabe, e interétnica. Han conseguido desviar la batalla de los pueblos de la región por la libertad y justicia social, convirtiéndolo en una guerra religiosa.

Turquía, a la que le han dado portazo en la Unión Europea, se aleja de Rusia por el conflicto sirio, pierde su mercado en este país y en Irak, se enemista con Irán y frena su pulso con Israel por la hegemonía regional. Así, serán retenida en la órbita occidental, y en vez de enviar flotillas a Palestina, se dedicará a controlar a sus propios kurdos. Es por ello que Ankara ha bajado el tono contra Assad y negocia con Abdulá Ocalan, el líder de la PKK, encarcelado desde 1999.

Parte de la guerrilla kurda, contraria a este acercamiento, y que ve en la autonomía de facto de los kurdos sirios la oportunidad real de crear un país unificando con las zonas kurdas de Irak, Siria y Turquía, puede estar detrás del asesinato de las tres líderes del PKK en Paris, la semana pasada. Israel es el principal beneficiario de esta situación: hace dos años perdió dos aliados -Egipto y Túnez-, pero hoy pierde dos enemigos: Siria y Turquía, mientras empuja a Irán hacia una prolongada guerra de desgaste.

Rusia pierde fuerza

Rusia defiende un traspaso del poder por las urnas y no por las decisiones tomadas por los países extranjeros, a la vez que intenta evitar que el levante mediterráneo, se convierta, tras la caida de Gadafi, en un espacio completamente atlantista. En Siria, su único aliado árabe y su acceso al Mediterráneo oriental, tiene una base militar. Moscú no ha conseguido que Al Assad se retirase, y así impedir un caos incontrolado en la zona. China, aunque tras perder a Irak, Sudán y Libia como fuentes de energía, afirma que la caída de Siria abre el camino de la OTAN a la agresión a Irán, su proveedor de petróleo, carece de capacidad para neutralizar el plan de EEUU en Asia.

Estamos ante otra fase del plan del Nuevo Oriente Próximo. Con ello se elimina el último obstáculo al dominio total de la OTAN sobre el levante mediterráneo, se inicia el avance hacia Eurasia, y una nueva ronda de la estrategia de caos y desestablización. El callejón sin salida en el que está Siria no puede durar mucho. La ocupación del país puede venir revestida con el disfraz de fuerzas de la paz, propuesta por Qatar, para controlar las armas de destrucción masiva de Asad.

Rutas y fuentes de energía

Las compañías occidentales de petróleo sueñan con instalarse cerca de la segunda reserva mundial de gas y petróleo que es Irán, mientras se apoderan de varios billones de metros cúbicos de gas localizados en las costas de país árabe-kurdo. Fue en 1990 cuando British Gas (BG) descubrió grandes reservas en las aguas de la Franja de Gaza, entonces gobernada por la Autoridad Palestina. Diez años después, Yasser Arafat firmó con BG un acuerdo para su extracción para los 25 años siguientes, por lo que BG recibía el 90% de los beneficios y los palestinos ni podrían tocar el 10% restante, que se quedaba en una cuenta internacional. Ariel Sharon, que lo quería todo, se negó a respetar este precario acuerdo y paralizó los trabajos de BG, a pesar de los ruegos de Tony Blair. En 2006, Israel ya podía impedir que una empresa occidental firmara acuerdos con Hamás, una “organización terrorista”. Sin Siria, y con un Líbano y una Palestina debilitados, Tel Aviv puede quedarse con la totalidad de ese tesoro.

A demás, Siria iba a ser el punto final del proyecto occidental del Arab Gas Pipeline (Gasoducto árabe). El gasoducto saldría de Egipto, pasaría por Israel, Jordania, Líbano, Irak, Siria, suministrando gas natural a la Unión Europea. De ahí el interés de Ankara por derrocar a Assad, con lo que abriría una primera puerta energética de Asia a Europa.

El proceso de libanización de Siria sigue adelante, dejando en su paso a decenas de miles de muertos y refugiados y un país a punto de desintegrarse. Washington dirige esta carnicería, desde la trastienda.

http://www.lamarea.com/2013/01/16/mas-alla-de-siria/