Qatar is not a country to emigrate: is the  refuge of bad guys

 

Nazanin Armanian

Publico.es

 

Con la mayor proporción de extranjeros del mundo, el 85% de los 1,4 millones de sus habitantes, Qatar sigue recibiendo trabajadores emigrantes para recibir la Copa Mundial de la FIFA 2022. La tierra de buscadores de perlas hoy presume de tener el PIB más alto que Suiza, gracias a la mano de obra barata, a veces gratis, de los hombres procedentes del sudeste asiático, carentes de los más elementales derechos laborales, quienes, además, se enfrentan a la reconstrucción de los barrios pobres y al elevado precio de los nuevos pisos, siendo forzados a marcharse. Eso sí, van llegando aquellos que viven de su cuello blanco y de la renta de sus nombres y apellidos.

 

En el despilfarro de los 65 mil millones de dólares previstos para invertir en estos juegos deportivos, está incluido el construir tres nuevos estadios cubiertos y con aire acondicionado y restaurar otros, atrayendo a los desempleados especuladores europeos de ladrillo.

¿Cuántas personas podían salir de la pobreza con esta fortuna? ¡Estúpidos ricos caprichosos, ambiciosos y sin conciencia!

Si usted emigra a Qatar, debe contar con un precontrato, pagar una suma de dinero a un empleador -que lo más seguro es que no lo saldará en años-, su pasaporte podrá ser confiscado, baraje realizar trabajos forzosos, sufrir abusos y malos tratos y que le empleen en otra labor sin consultárselo; aún sufriendo estas vejaciones, es posible que al final ni cobre sus honorarios durante varios meses. No piense en denunciarles, ni buscar un sindicato, están prohibidos, al igual que los partidos políticos y el resto de los derechos de la ciudadanía. ¡Ojo! Si alguna vez ha escrito algo sobre la libertad, ni se le ocurra pisar el país: el poeta qatarí Mohammad Alajami ha sido condenado a cadena perpetua por leer una poesía en Túnez en 2011.

La ley anti-terrorista prevé la detención sin cargos, sin abogado, sin visitas, ni juicio. La tortura también existe.

Cara amable fuera y rostro déspota dentro. Los qataríes podrán consumir los productos modernos, pero no se les permite modernizarse y progresar.

A ver… Dichas calamidades están reservadas para los de piel oscura, en sus distintas tonalidades.  A los occidentales-blancos-ricos se les desplegará la alfombra roja, incluso recibirán el permiso especial de residencia permanente y se les tratará como a un rey, se alojarán en los mejores hoteles incluso y, a pesar de la Shari’a que impera en el país, podrán tener compañía femenina: unas secuestradas, otras prostituidas por la pobreza. Derecho del que disfrutan también los inmigrantes desheredados, en su mayoría hombres solos, que contratan a las mujeres chinas, filipinas, indias o africanas para que les cocinen y les cuiden.

El refugio de los chicos malos

Señores de la guerra con sus tropas de bandidos, mercenarios, delincuentes y traficantes de droga llegados de Chechenia, Afganistán, Irak… se reúnen en Doha bajo el nombre de “rebeldes jihadistas”, precedidos por el propio jeque Hamed Al-Thani. Uno de los personajes célebres que se hospedó allí (julio del 2011) fue Agha Tayyabe, el lugarteniente de Mula Omar, sí, el mismo jefe Talibán acusado de ser uno de los autores “intelectuales” de volar las Torres Gemelas. Obviamente,  Al-Thani no le preguntó  por el paradero de su jefe, ya que el hombre estaba allí para negociar con los estadounidenses el futuro de Afganistán: Obama les devolvería el poder a cambio de una gran base militar, en este corazón de Asia Central. Si aceptan, recuperarían la amistad que les unía en los años 90, cuando aplastaban a los homosexuales con los bulldozer, apedreaban a las mujeres, quemaban escuelas… Estas barbaries serían consideradas, para los defensores occidentales de los derechos humanos y de la seguridad planetaria, asuntos internos. Además, han hablado con Al Jazeera para que se encargue de presentarles como moderados y humanos.

El historial del propio Hamad Al-Thani no tiene desperdicio: Derrocó a su padre tras un golpe de estado en 1995, con el apoyo de British Petroleum, que así desalojaba del país a Mobil, su rival estadounidense. Luego, basó su poder en cuatro pilares: la alianza con Occidente, la Organización “internacional” de Hermanos Musulmanes, el canal de Al Jazeera y los petrodólares.

Ha cedido a Washington tres bases militares (que acogen a 5.000 militares), y aceptó sufragar el 60% de sus gastos;  se ofreció para ser el ejecutor leal de sus planes para la región, a cambio de recibir su protección frente a Arabia Saudí e Irán, los dos países entre los cuales está atrapado.

 

Organizó a los grupos islamistas afines de los intereses de EEUU y Francia, con el fin de desviar el rumbo de las Primaveras árabes, sin que se notara. Para ello, contó con el canal Al Jazeera, que tergiversaba lo que sucedía en Túnez, Egipto o Libia. En éste último, los aviones qataríes -en coalición de la OTAN- sepultaron bajo las bombas a miles de civiles. Los Hermanos Musulmanes egipcios, ya en el poder, han recibido 5 mil millones de dólares y un compromiso de otros 18 mil millones. ¿A cambio de qué?

Los “Muyahedines” sirios son otro de los protegidos del jefe qatarí. Su misión es acabar con la dictadura laica de Asad para imponer otra que sea “Hermana” y le permita acceder al Mediterráneo. Enemigos de la educación, al igual que sus colegas afganos, han destruido unos 2.000 centros educativos, matando a cientos de personas con sus atentados.

Según  WikiLeaks, Qatar presta asistencia financiera al grupo de Shabab, ligado a Al Qaeda, que opera en el Sáhara, secuestrando occidentales.

El síndrome de Oniomanía

La compra compulsiva es una de las enfermedades que padece este mandatario árabe. Sólo hay que ver las seis islas Equínadas griegas que decidió apropiarse como una ganga, pagando 8,5 millones de dólares. Serán lugar de vacaciones de sus tres esposas y 24 hijos, riéndose a carcajadas de la tragedia de los griegos.

Con una fortuna “personal” de 2 mil millones de dólares, del bolsillo de los qataríes ha comprado el canal de televisión de Al Gore por 500 millones de dólares, miles de hectáreas de tierras fértiles en África y Asia, rascacielos, clubes deportivos, palacios y hoteles en Europa; donó 3 millones de dólares a la campaña electoral de la Benjamim Netanyahu -el mismo que bombardea a los palestinos-, y luego fue a Gaza e invirtió en al reconstrucción de las zonas afectadas. Con la “diplomacia de la chequera” ha querido comparar visibilidad para sí mismo y su feudo, sin rendir cuentas a nadie acerca de los beneficios y pérdidas de las inversiones que realiza dentro y fuera del país.

 

El ambicioso y   absurdo pla de crear islas,  ha destrozado el ecosistema del Golfo Pérsico

El papel de Al-Jazeera

El canal maás visto por los árabes, que fue puesto en marcha por el Emir en 1996, casi nunca habla de la situación interna de Qatar. Hace un gran negocio, vendiendo sus reportajes –algunos por 250 mil dólares a CNN-, como los exclusivos vídeos que el mensajero de Bin Laden les llevaba, sin que nadie siguiera su rastro. En aquellos años, convirtió a este terrorista reaccionario, en el héroe que luchaba contra Bush, retroalimentando la doctrina geopolítica del “choque de civilizaciones”. Hoy, sigue desinformando sobre lo que sucede en Siria, Mali, Irak, Afganistán y colabora con los medios occidentales en fabricar un nuevo demonio, Kim Jong-un, silenciando las  peligrosas maniobras políticas y militares de EEUU para dominar la Asia Oriental, cercando a China.

Según WikiLeaks, el ex Director del canal, Wadah Khanfar, aceptó la petición de EEUU de eliminar las noticas que perjudicaban su imagen.

Demasiado poder en manos de un hombre narcisista y aventurero, al que su hermano Abdelaziz, quiso poner freno. En marzo del 2011, él, que reside en Francia y es más musulmán, encabezó un intento de golpe de estado, acusándole de ser títere de EEUU, provocar disturbios en los países árabes, abusos de poder y corrupción. Fueron detenidos unos 30 oficiales.

Que no se fíe del respaldo de EEUU: la lista de los aliados-desechables es bien larga.

 

http://blogs.publico.es/puntoyseguido/687/catar-no-es-un-pais-para-emigrar/