Venezuela y sus alianzas

Publico.es

Nazanin Armanian

La noticia de la expulsión de dos diplomáticos de la embajada de EEUU, acusados de “proponer proyectos desestabilizadores”, y señalar a Washington como responsable de la muerte del presidente Chávez, “al provocarle cáncer” muestran el grado de desconfianza entre ambos Estados y hasta qué punto la situación interna de un país estratégico, está vinculado con los intereses ajenos. Que seis mandatarios latinos – Santos, Kirchner, Lugo, Rousseff, Lula y Chávez -  hayan padecido el cáncer, lo normal es que levante sospechas, sobre todo si en la ropa de Arafat han encontrado una sustancia asesina.

 

Venezuela es una de las mayores reservas del petróleo del mundo, además de ser vecina de EEUU, y como guinda, dirigida por un carismático y comprometido líder que –apoyado por una nueva generación de líderes preocupados por el subdesarrollo de sus países, escandalosamente ricos-, ha puesto patas arriba a la Doctrina Monroe,que declaraba “toda América al servicio de EEUU”.  Venezuela después de Chávez volverá a ser, con más intensidad, el campo de batalla entre Washington y quienes se han esforzado por desmoronar la política de sometimiento a toda América Latina. El fracaso de sus estrategias en Irak y Afganistán, el no poder acceder al petróleo iraní, y el pulso con China por la hegemonía mundial, empujan a la Casa Blanca reactivar su intervencionismo en el continente

Hugo Chávez había aplicado la estrategia “de Sur al Sur” del líder chino Mao Tse Tong, tranzado una amplia red de cooperación que incluía el resto de los países de América Latina y se expandía por África y Asia. Excluyó a EEUU y Canadá de La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) que les libra de los diktat de EE.UU. y sus rancios patrones del dominio; lanzó ingeniosas formulas de integración como la Alianza Bolivariana para América (ALBA), o el trueques con Cuba de intercambiar  32.000 médicos por petróleo. Para la desesperación de EEUU, la profundizó sus relaciones con China, Rusia e Irán.

En su mensaje por la muerte del presidente Chávez, Barak Obama insistió en su compromiso con las políticas que “promuevan los principios democráticos, el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos” en Venezuela. ¡Socorro! ¡Son los argumentos que ofrecieron antes de intervenir en Irak, Afganistán y Libia!

El mayor delito de Venezuela, que cubre el 15% de las necesidades petrolíferas de EEUU, ha sido contribuir en la creación de un equilibrio policéntrico, reduciendo el poderío EEUU, romper el embargo a Irán, y ser el rostro del anti-imperialismo real, que no el anti-norteamericanismo barato bajo el cual se han disfrazado los anti-modernos oscurantistas y retrógrados.

Con China y su “acupuntura”

Beijing ha irrumpido con fuerza en la zona de influencia estadounidense-europea, devolviéndoles la moneda a quienes  han invadido militar y económicamente Asia Central y Oriental. Tras perder a Libia, Sudán e Irán, como proveedores de petróleo, China sigue aplicando la “acupuntura” en su avance por el mundo, neutralizando los “ataques quirúrgicos”  de su rival, y ofreciendo condiciones ventajosas en sus

acuerdos: al comprar  del petróleo venezolano, le ofrece un mercado seguro que refuerza su economía. China miraba a Venezuela como país que podría reemplazar a Angola, su principal proveedor de petróleo.

Con sus préstamos de bajo interés además de ingentes inversiones en sectores como telecomunicación, construcción y agricultura, no solo ha dejado a los occidentales fuera del juego, sino también a los rusos que se centran en los campos de energía y de armamento.

Washington, como medida, ha bloqueado la solicitud china de ser  considerada un “estado donante” en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para que sus empresas no pudieran participar en la licitación de los proyectos de infraestructura financiados por el BID.

La discreción e habilidad tienen rostro asiático: Podría  comprar las cinco refinerías venezolanas ubicadas en el territorio de EEUU, pero no lo ha hecho, ni Chávez pretendía tal provocación contra el vecino norte. Pero, poder, podían. Beijing prefiere mantener un perfil bajo.

Menos avanzada que sus relaciones con África, este gigante va recibiendo ofertas de cooperación: ya es el mayor socio comercial de Venezuela, después de EEUU. En Brasil, Chile, Perú, Colombia, Ecuador y Argentina construye infraestructuras, oleoductos, e incluso explotar el petróleo y gas. Querer pisarle a EEUU en el Canal de Panamá ha sido lo último: está dispuesta a modernizar el estratégico Canal, para que los superpetroleros pudiesen cruzarlo.

Y como la economía también es política, el gobierno chino ha intentado contener el apoyo que aquí recibe Taiwán: De un total de 23 países que reconocen a “la República China”, 11 son de América Latina. Los centros culturales “Confucio”, tendrán la misión de implantar la cultura de este país en la region. Ya está en el patio trasero de EE.UU, con lo que implica económica y políticamente.

 

Con Ahmadineyad, puro amor

Puede que la pasión de Chávez por su homólogo iraní tenga más que ver con su aspecto del proletario sufrido que con su programa político y social, ya que en Irán, hasta el mismo término “socialismo” está prohibido desde 1931. Ambos han sido criticado en sus países por el exceso en sus expresiones de cariño: Confundieron, quizás, una alianza estratégica de beneficio mutuo, con regalarse uno al otro virtudes que carecían.

Ahamdineyad pierde a la persona que más le alababa. Y ahora que regresa del funeral, se enfrenta a las duras críticas del clérigo, por haber abrazado a una mujer (la madre de Chávez)  y haber  colocado al fallecido líder rojo y latino al lado de Mahdi,  el duodécimo santo chiita, desaparecido en el siglo IX, que según el mito de la Salvación, en principio debería aparecer al final de los tiempos acompañado solo por Jesucristo y nadie más.

Las relaciones bilaterales empezaron en la época del presidente Mohamamd Jatami en el 2000, aunque ha sido Ahmadneyad quien para  reducir el impacto de las sanciones internacionales sobre la economía de Irán, ha estrechado esos lazos.

La presencia inaudita de Irán, algo exagerado, ha llevado al presidente de EEUU a promulgar una ley destinada a contrarrestar la influencia de Teherán en América Latina. Acusar a Irán de estar detrás de un supuesto intento de atentado contra el embajador saudí Adel A. al-Jubeir en el 2011, en el suelo estadounidense, al igual que el atentado de AMIA en Argentina en 1994, van en esta línea.

Más que una amenaza, Irán allí es una cesta de ortigas en el asiento de la gran potencia.

Desde el 2005, Teherán ha abierto seis nuevas embajadas en América Latina. Tenía cinco, y ha puesto en marcha dos canales de habla español, el Hispan TV y Press TV, que en España fueron cerrados en enero.

Rusia no  es la Unión Soviética

Moscú no necesita organizar “revoluciones de colores” para abrirse el camino en la zona de influencia estadounidense. Las propias políticas de Washington se lo han dejado en bandeja: Si prohíbe a sus empresas vender armas a Venezuela, será Rusia quien rellene este hueco.

EEUU opera en Ucrania y Georgia ¿por qué no puede Moscú hacer lo mismo en aquellas tierras lejanas?

Los intereses económicos marcan el carácter del regreso de Moscú a América Latina. En la era soviética prevalecían intereses políticos. El capitalismo ruso es muy pragmático. Ambos países han anulado los visados y han creado un banco conjunto ruso-venezolano, para multiplicado sus negocios. Es la primera vez que cuenta con un sólido mercado en Latinoamérica. A demás de invertir en los yacimientos petroleros, en la construcción de 8,000 kilómetros de oleoductos que conectará Venezuela con la costa del Atlántico a través de Brasil, Rusia construirá la primera central nuclear para Venezuela, mientras le ha concedido un préstamo de 4 mil millones de dólares para que defienda su soberanía frente a los intentos desestabilizadores de EEUU.

No hay garantía de que Venezuela continuara en la línea establecida por Chávez en la política exterior. Puede que el culto a la personalidad que él mimos contribuyó a consolidar, lo impida, aunque gobierne su partido. Rusia, China e Irán preocupados, intentarán que sus acuerdos no se desmoronasen, sin el comandante.

http://blogs.publico.es/puntoyseguido/655/venezuela-y-sus-alianzas/

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Bolivarian Venezuela and its strategic alliances

With Russia, China and Iran