Nazanin Armanian
Publico.es
Fue en 1985 cuando Mula Omar y su equipa Yihadista-Taliban-Al qaedista fueron
invitados por Ronald Reagan a la Casa Blanca, para tomar té y negociar la
construcción del gasoducto trasnafgano
(Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India, “ TAPI”) sobre las ruinas del espacio
soviético. (video del encuentro, y atención a los elogios de Reagan hacia los que
lincharon al presidente Doctor Nayibolha y su familia, y decapitaban a los ahombres
y lapidaban a las mujeres: https://www.youtube.com/watch?v=TetOqOb9kp8)
Después del 11 de septiembre, y para no herir las sensibilidades, esos encuentros con
la ultraderecha islamistas, financiada por la CIA, se trasladaron a las bases del
Pentágono en el Golfo Pérsico: de allí es de donde salen los “rebeldes” afganos,
chechenos, libios, yemeníes, sirios, iraquíes, chinos, entre otros, con la misión de
cortar cabezas y provocar “caos creativo” -o sea, guerras-, en los países rivales
y/o productores de hidrocarburo.
El actual “Gran Juego” entre las potencias grandes y medianas del mundo, que discurre en Eurasia, agitando la bandera negra yihadista sigue girando en torno a los gaseoductos. En esta partida, la ofensiva del intrépido Obama contra China –su principal obsesión-, pasa por el control sobre el gas de Rusia y de Irán, ambos mayores reservas mundiales del “Oro Azul”, con el fin de impedir la llegada de energía a las venas de la económica del gigante asiático.
La recesiónBut now energy supply is being radically reoriented in unforeseen ways. económica de importantes clientes del gas ruso, la inseguridad provocada por las guerras y la fuerte entrada de EEUU como productor de gas esquisto -y el uso de la técnica de fracturación hidráulica y perforación horizontal que han hecho posibles la explotación de “tight gas” (el gas de arenas compactas), de “shale gas” (el gas de arcillas) y el petróleo de esquisto-, no solo han cambiado el lugar de los vendedores y compradores de energía, sino que han convertido en obsoletas las instalaciones de los tradicionales productores. Gazprom, Total y Statoil, por ejemplo, han suspendido el gran proyecto iniciado en 2007 en el yacimiento de gas del Shtokman en el Mar Barents: el cliente interesado, EEUU, ya no lo necesita; que éste país dejase de comprar el 40% del gas de Qatar, ha hecho que el sultanato buscara nuevos clientes, aunque por ello tuviera que contratar a los matones del Estado Islámico para arrasar Siria e Irak allanando el camino del Gaseoducto Árabe.
Demasiado “fracking”, demasiados excedentes del gas, han hecho bajar los precios y la quiebra de muchas pequeñas empresas, por lo que las compañías han empezado a exportarlo, sin que el Congreso levantara la prohibición que pesa sobre las exportaciones de hidrocarburo desde 1975: el primer barco zarpó hacia Corea del Sur.
La supuesta “autosuficiencia energética” de EEUU puede tener unas inesperadas consecuencias: sus antiguos proveedores dejarán de almacenar dólares, mientras Rusia pedirá rublo o yuan a cambio de sus productos, introduciendo en el sistema monetario mundial los términos “petrorublo” y el “petroyuan”, y con todo que estos cambios acarrearán.
Rusia: “Arena movediza”
Entre los objetivos de la actual ofensiva militar y económica lanzada contra Rusia por EEUU, es forzar a Gazprom Germania, la empresa estatal de gas ruso con sede en Berlín, suspender unos 25 proyectos que estaba desarrollando en Europa, y que le iba a convertir en la mayor compañía estatal de gas natural del mundo. La respuesta de Vladimir Putin fue firmar con China un mega acuerdo para suministrarle gas a partir del 2018 durante las próximas tres décadas, fortaleciendo la Organización de Shangai y también el BRICS, y de paso aumentar la entrada del capital chino en la economía rusa.
La Guerra de Gas también explica parte de las razones del respaldo de Kremlin a Bashar Al Asad: mientras él esté en el poder, no permitirá la construcción del Gaseoducto Árabe, ni los qataries y saudíes permitirán a Irán poner en marcha el gasoducto Irán-Irak-Siria (IIS) firmado en 2011, y que iba a ser inaugurado en 2016.
EEUU, que busca el declive de político de Moscú y desmantelar la Federación Rusa, con las sanciones lo que ha hecho es empujar a la alza los precios de gas –que pueden llegar hasta el 50%-, ¡y así compensarle por la pérdida en ventas debido a las sanciones!
Rusia con sus gaseoductos South y North Stream enterró el proyecto de Nabucco –financiado por EEUU, Turquía, Reino Unido, Francia e Israel- y luego comprando el gas de Turkmenistán y Azerbaiyán para las próximas décadas, mantener su dominio casi absoluto sobre el gas y las tuberías en Eurasia. En esta guerra de gas, solo Bulgaria y Serbia se han descolgado de la tubería South Stream.
Los dirigentes europeos que anteponen los intereses de las empresas de EEUU a los de sus pueblos, no tienen ningún sustituto al gas ruso: perdieron a Libia, hoy sumida en caos, al tiempo que los “amigos americanos” impedían la puesta en marcha del gaseoducto Irán-Turquía-Europa (ITE), cuyo protocolo fue firmado en 2008, y si tienen que esperar el esquisto de EEUU, mejor que lo hagan sentados: no llegará ni a tiempo ni será suficiente. Que se conformen con que la OTAN haya ganado en Ucrania, y que paren este conflicto que puede terminar en una guerra total.
Irán, desaprovechado y aislado
Las negociaciones nucleares entre Occidente e Irán sufren altibajos, debido a la incertidumbre y tensión en el escenario políticos de la región: a Europa le urge el regreso de Irán al mercado de energía, no así a los republicanos de EEUU, Israel, Arabia y Qatar.
Las amenazas militares, las sanciones, los yihadistas del Estado Islámico, y también los peculiares rasgos de la teocracia gobernante han convertido a este gigante energético y ubicado en un lugar privilegiado, en un importador neto de productos petrolífero: recibe el gas turcomano.
EEUU, además de impedir la construcción de TAPI , ha evitado que Pakistán e India construyeran el gaseoducto IPI, para recibir el gas iraní desde el Golfo Pérsico. India se ha quedado sin el gas “transafgano” y sin el iraní: a cambio Washington le ha “banqueado” su ilegal arma nuclear y puede que reciba un escaño en el Consejo de Seguridad. Cierto, la desgracia india beneficia a China.
Apesar de que Teherán ha cedido en su programa nuclear, Barak Obama, ha renovado la Ley de Emergencia Nacional sobre Irán, manteniendo las sanciones contra la industria energética iraní.
El “Gaseoducto Árabe”
Los 3 mil millones de dólares que Qatar ha invertido en el terrorismo yihadista en Siria e Irak no es para restaurar el Islam mahometano, sino primero, destruir los gobiernos de ambos países, impidiendo así la construcción del gaseoducto IIS, para después levantar el suyo.
Qatar que comparte con Irán el dominio sobre Campo del gas “Pars del Sur”, uno de los más grandes del mundo descubierto en 1990 en el Golfo Pérsico-, tiene dos proyectos: “Qatar- Arabia Saudi-Kuwait-Irak-Turquía” y “Qatar- Arabia-Jordania- Siria- Turquía”. Assad en 2009 había rechazado la propuesta por su alianza con Moscú y Teherán, y hay dudas razonables que consiga llevarlos a cabo.
Erdogan: “Aquí, el que no corre, vuela”
Uno de los principales respaldos del terrorismo yihadista, Turquía planea levantar un gaseoducto que le conecte una la Región Autónoma de Kurdistán Iraquí. ¡Mal negocio en el medio de interminables conflictos!
Ankara aún no se ha recuperada de las billonarias perdías por la invasión dirigida por EEUU a Irak en 2003, que destruyó el oleoducto iraquí-turco, ni del disgusto de la pérdida del proyecto Nabucco.
Quizás debería conformarse con el contrato firmado con Moscú en 2011 para el transporte de parte del gas de South Stream, y con lo que Irán le manda para su consumo interno. Teherán no quiere contribuir en el fortalecimiento de un miembro de la OTAN en sus fronteras, quien además intenta derribar a su aliado en Damasco y en Bagdad.
Al Occidente tampoco le gusta que Erdogan tenga el monopolio sobre el tránsito del hidrocarburo del Caspio o del Pérsico a Europa: podría utilizar esta ventaja para presionar a la UE, que le quiere como un peón en el mapa europeo que no un socio poderoso.
China, sin inmutarse
“Acupuntura en vez de ataques quirúrgicos” de EEUU, sigue siendo la política de Pekín, contra las guerras líquidas de EEUU. Tras inaugurar en 2009 el mayor gaseoducto del mundo que transporta el gas de Turkmenistán hasta Xinjiang, China se puso a construir otras cinco tuberías que unen su vasto territorio con Asia Central.
Los intentos de Washington de estrangular su economía a través del control sobre el Estrecho de Malaca, presionar a Myanmar (como regalar un Nobel de la Paz a la opositora Aung San Suu Kyi) ,para que dejase de construir las tuberías de transporte de hidrocarburo a China, sancionar a Irán por el que se ha suspendido el “contrato del siglo” de la venta del gas durante 25 años, que Teherán firmó con Pekín en 2004, o desalojarle del puerto pakistaní de Gwadar, en el océano índico, han sido parte de las travesuras de la Casa Blanca contra China . EEUU, que ha abandonado a Pakistán al caos total, está barajando “independizar” la provincia de Beluchistán –un mar de gas, además de grandes minas de piedras preciosas, con gentes viviendo en la absoluta miseria-, porque China planea colocar un gaseoducto desde esta provincia pasando por la cordillera de Karakoram hasta a Xinjiang.