Imagínense un campo de concentración con dos millones de personas, sin posibilidad de salir. Piensen en unos carceleros que entre otros objetivos estudian el comportamiento humano en situaciones al límite y para ello recurren al uso cotidiano del terror, la tortura y aislamientos durante un largo periodo de tiempo; privación de alimentos y medicamentos; derruir las viviendas (teniendo en cuenta que el ser humano es madriguera), destruir el resultado de su durísimo trabajo (aplicando una ‘Ecocidia’ sistemática y arrancando unos 2.000.000 de árboles frutales después de golpear y asesinar a decenas de mujeres y hombres campesinos); impedir que reciban agua y luz suficientes, que trabajen, que tengan ocio, que se relajen sometiéndoles a diferentes grados de estrés; lanzarles toneladas de bombas, misiles y sustancias químicas como el fósforo blanco, no sólo para eliminar la población sobrante del campo, sino también para analizar el estado de shock y el complejo sentimiento de dolor y sufrimiento de los supervivientes al ver con impotencia el cuerpo destrozado de sus hijos, de sus seres queridos delante de sus ojos….

Leer más: http://blogs.publico.es/puntoyseguido/4110/realiza-israel-un-nuevo-experimento-con-seres-humanos-en-gaza/

Notas:

1.  El periodista israelí Gideon Levy hace esta comparación en unmagnífico articulo suyo en el diaria Haaretz.

2. La notica sobre Yara, es del diario digital Rebelión http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229469

3. La historia de la joven embarazada Rula Ashtiya es extraída del informa de Amnistía Internacional: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/mujeres-y-conflicto-la-historia-jamas-contada/